Reflexiones sobre el dolor
11/06/2020
Todos en algún momento de nuestra vida sufrimos dolor. No te irás de este mundo
sin saber lo que el dolor conlleva. El dolor es una experiencia física y emocional
inherente a todo ser vivo que posee un sistema nervioso. Pues el dolor, es una
alarma que le dice al sistema nervioso que algo no va bien. Gracias al dolor y a sus
mecanismos de alarma, y a nuestra interpretación de esta sensación podemos
evitar por ejemplo una lesión o una enfermedad. En cierta forma el dolor es una
protección importantísima para nuestro organismo y nuestra salud. Hay varios
tipos de dolores, pero podríamos clasificarlos en dos grandes grupos: el dolor
físico, y el dolor psíquico-emocional. Aunque los diferenciemos en dos grupos, el
dolor es uno, y los dos grupos están integrados, pues un dolor físico sostenido por
mucho tiempo, aquel dolor que llamamos “crónico” siempre termina
convirtiéndose en un dolor emocional.
El amplio espectro de trabajadores que abarcan los profesionales de la salud física,
psíquica-emocional, estamos acostumbrados a tratar a diario con el dolor, no sólo
con el propio sino con el ajeno. En estos años de estar trabajando con el cuerpo y el
movimiento, he sacado algunas conclusiones que quiero compartir en este articulo
a modo de reflexión. La primera de ellas es que nuestra percepción del dolor es
negativa. Pues en la sociedad actual, sentir dolor no está “mal visto” pero hablar
del dolor es algo que incomoda a muchísima gente. Todos sabemos que el dolor
está ahí, sin embargo no queremos hablar de él ni que nos hablen …el dolor
siempre es subjetivo y por esta importante cualidad, nunca es fácil de tratar ni de
diagnosticar y mucho menos de hablar de él.
En lo personal me he dado cuenta de que para muchísima gente todo se resume en
dolor, es decir, cualquier sensación física puede ser interpretada por la persona
como dolorosa aunque esa percepción sea el resultado de haber realizado un
estiramiento por ejemplo. En segundo lugar y como consecuencia quizás de lo
anterior, soy plenamente consciente de que la gente tiene rechazo al dolor, no
quiere sentirlo. Al final es como todo, entrenamos lo que nos gusta entrenar y no
nos duele, o no nos cuesta, o no nos cansa… y seguimos alimentando patrones que
tenemos ya más que aprendidos y que no nos sacan de la situación en la que
estamos inmersos. Lo mismo pasa con el dolor emocional, cambiar la causa de lo
que nos hace ser infelices duele. Pero quizás, podríamos plantearnos que con
frecuencia el dolor es el camino que nos lleva a una situación mejo. Por ejemplo
una técnica osteopatica implica presionar un punto doloroso durante
aproximadamente un minuto y medio: se moviliza la articulación hasta que el
dolor desaparece. ¿Valdrá la pena que cambiemos ese enfoque que tenemos del
dolor?. Aceptar el dolor como parte valiosa de la vida, como un estímulo positivo
¿podría ser el primer paso para dejar de padecerlo? ¿podemos considerar el dolor
como un reflejo importante en la vida que nos ayuda a liberarnos de aquello que
nuestro organismo rechaza? Y por último, ¿crees que una vida sin dolor sería
plena, o sería vida?. Quizás si cambiamos nuestra interpretación, y agradecemos a
ese dolor y toda esa información que nos da, si escuchamos el cuerpo a nivel
orgánico, físico, y también emocional, podamos acercarnos al bienestar, a la
felicidad que tanto anhelamos pero la felicidad no es ausencia de dolor, pueden
coexistir perfectamente en equilibrio.