Pilates para nuestros mayores
15/04/2020
PILATES PARA NUESTROS MAYORES
El método Pilates se caracteriza por adaptarse a todo tipo de personas y
prácticamente a todo tipo de lesiones y/o enfermedades. La versatilidad del
método hace que sea un buen recurso en especial para las personas mayores.
El envejecimiento y también llevar una vida sedentaria, produce una pérdida de
masa muscular, conocida como sarcopenia y que no es más que la pérdida
degenerativa de masa muscular y de fuerza. Esta perdida de fuerza trae
consecuencias directas en la vida de personas de edad avanzada ya que les priva de
la autonomía y de la confianza necesaria para realizar las tareas habituales de la
vida cotidiana. Otro de los problemas más graves presentes en la tercera edad son
las caídas y las fracturas. Si bien las caídas son las principales responsables de las
fracturas, también puede suceder lo inverso (caerse a partir de una fractura) casi
siempre a consecuencia de la osteoporosis.
Está comprobado que aunque el ejercicio físico no detiene en su totalidad el
envejecimiento, si ayuda en gran medida a retardar los procesos naturales de la
vejez y por tanto contribuye a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores. La
actividad física regular de bajo impacto, junto a unos hábitos de vida saludables,
son piezas claves para lograr una vida adulta sana y equilibrada. Por eso es tan
importante no detenerse aunque baje el ritmo de la actividad.
Pilates es una herramienta básica para esta etapa de la vida.
La forma de trabajo en Pilates será siempre gradual y progresiva. Como es habitual
en este método, programando las clases en función de las necesidades del alumno
se podrán planificar sesiones de calidad: trabajando en clases individuales o
reducidas de máximo 4 o 5 personas, utilizando las máquinas como asistencia y
elementos propioceptivos que en su medida constituyan un reto, favoreciendo la
concentración del alumno y haciendo hincapié en el trabajo del equilibrio y la
coordinación. Los beneficios son muchos:
Menor incidencia de caídas y fracturas óseas, por aumento de la fuerza muscular y
coordinación de los movimientos.
Retraso en la aparición de osteoporosis y mejora de la depresión en mujeres post
menopaúsicas.
Disminución de las cifras de tensión arterial.
Mejora del sueño y sensación de bienestar general.
Mejoramiento de la funcionalidad, Incremento de la capacidad para desarrollar
tareas cotidianas y laborales.