Las cervicales y sus relaciones viscerales y emocionales.
15/11/2020
Las vértebras cervicales son 7 y poseen diferencias morfológicas que no son
debidas al azar. En general tienen la función de albergar y proteger a la médula, sostener
la cabeza, y generar movimientos de rotación, flexión y extensión. Las 2 primeras son
llamadas vértebras atípicas, y la C7 es llamada vertebra prominente.
El cuello es la prolongación de la cabeza, ayuda a aumentar el perímetro de
recepción de la información que nos llega a través de los sentidos y la propia
información que genera la cabeza hacia todo el cuerpo. Es un lugar de paso, es un lugar
por donde pasan muchos conductos, que transmiten sangre, información alimentos, es la
conexión entre lo que ocurre en mi cabeza y en mi cuerpo, o viceversa. En todas las
patologías que afectan a esta zona hay un desacuerdo entre lo que pienso y lo que hago.
La palabra clave de las cervicales es la comunicación. Aquí también es nuestra voz, lo
que decimos, lo que nos decimos, la expresión de lo que somos y la coherencia de
nosotros mismos, el acuerdo entre nuestra cabeza, nuestras emociones y lo que
hacemos, sin olvidar nuestra comunicación interna, como nos comunicamos con
nosotros mismos.
Las vertebras superiores (C1-C2-C3-C4) están diseñadas para sostener “lo que
viene de arriba” y las vértebras inferiores (C5-C6-C7) están diseñadas para sostener “lo
que viene de abajo”. Las primeras vértebras cervicales soportan el cráneo y mantienen
su equilibrio. Se relacionan con los huesos craneales, la ATM, con el suelo de la boca y
el hueso Hioides ((eje importante del balance de la cabeza en la posición erecta,
hueso de equilibrio, pilar craneal), con el Nervio Vago (X) uno de los nervios
craneales más importantes. A través del Nervio Frénico (C3) se relaciona con los
pulmones (pleura), pericardio, Hígado (cápsula de Glison), estómago, diafragma,
glándulas parótidas y suprarrenales (derecha), músculos como escalenos, y ECOM,
primera costilla
Las vértebras más inferiores (C5-C6-C7) están diseñadas para sostener y
equilibrar las fuerzas de lo que viene de abajo, pulmones, pericardio, corazón. En
osteopatía entendemos que puedan haber hernias discales en la zona lumbar
debido al gran peso que éstas vértebras soportan (su diseño lo permite), sin
embargo, cuando no existen traumatismos las hernias cervicales o dorsales que no
tienen que “aguantar” tanto peso, se relacionan mucho con la zona mediastínica y
las tensiones viscerales. Se relacionan con la deglución, la faringe, la tiroides, el
cinturón escapular, los pulmones, el mediastino. La C5 representa el intercambio
entre faringe-esófago (que sigue una cadena que llega hasta la base del cráneo como
apoyo del tubo digestivo). Es el lugar donde el raquis cervical sufre más, pues aquí hay
mucho movimiento, tiene un conflicto en lo que viene de arriba y lo que viene de
abajo. Es la vertebra que “verbaliza y comunica” lo que siento de abajo.
Está claro que en el cuerpo no existe nada separado. Podríamos decir que
nuestro cuerpo (y nuestra salud) es un reflejo de nuestro pensamiento. No sólo me
refiero al pensamiento consciente (nuestro dialogo interno por ejemplo) sino más bien
al pensamiento inconsciente aquello que decimos sin tener plena consciencia de lo
que estamos diciendo, a la incoherencia que existe entre nuestras palabras y nuestros
actos, a aquello que sepultamos en lo más hondo de nuestro ser y no volvemos a
atender hasta que la vida nos lo pone enfrente en forma de “enfermedad”. Estoy
aprendiendo a reverenciarme ante mi cuerpo, traiga lo que me traiga, es un regalo.