El psoas, el músculo del alma
22/03/2016
Seguramente muchos de vosotros habéis oído hablar del psoas o habéis sufrido alguna dolencia relacionada con este músculo. Por eso escribo este artículo con el objetivo de que descubráis uno de los músculos más importantes de la anatomía humana.
El psoas está ubicado entre la articulación de la cadera anterior y la parte inferior de la columna. Se trata del único músculo que conecta la extremidad superior del cuerpo con la inferior (la columna a las piernas) y, junto con la pelvis y el suelo pélvico, es como un estante que soporta órganos internos. Es un músculo postural muy importante, ya que es a la vez agonista y estabilizador de dos articulaciones diferentes: la iliofemoral y la columna lumbar.
Además, se encuentra cerca del centro de gravedad del cuerpo, por lo que una de sus funciones es regular el equilibrio y es de vital importancia en la transferencia de peso entre tronco y piernas, ya que ayuda a colocar la columna, la pelvis y el fémur en relación de unos con otros.
Otro hecho fundamental es que el psoas y el diafragma se unen en un punto de unión conocido como plexo solar. Aunque este no es un elemento anatómico real, es un área detrás del estómago, cerca del ombligo y delante de la aorta y el diafragma, donde se encuentra una importante red de conexiones nerviosas.
A este último aspecto, la «ciencia somática», es a lo que me gustaría referirme. La somática hace referencia a la inteligencia del cuerpo. Si bien es más evidente la tensión muscular en cuello y hombros, cuando el psoas se tensa, esto afecta a la postura, a la colocación, al andar y a la energía y las emociones. Por la ubicación profunda del Foto: Mateus Lunardi Dutra psoas y su conexión con el sistema nervioso, este músculo acumula en gran parte esta memoria de estrés traumático que a menudo puede quedarse allí enquistada mucho tiempo. Cuando experimentamos un alto grado de estrés, se crea una tensión muscular; la energía reprimida se acumula en el cuerpo como recuerdo y acaba apareciendo en forma de síntomas físicos. Esta acumulación prolongada en el tiempo puede causar enfermedades.
La sanación somática pasa por entrar en contacto con las intuiciones, consiste en escuchar las experiencias inmediatas, sin intentar controlarlas ni juzgarlas. Cuando el psoas se libera pueden surgir emociones como miedo o ansiedad, incluso sensaciones físicas como ganas de vomitar. Una vez que estas emociones afloran, toda el área puede encontrar equilibrio y volver a trabajar de forma armónica. Se trata de una liberación física y emocional, un aprendizaje que puede durar toda la vida y que es sin duda una forma de crecimiento.
Pilates, por ser un entrenamiento holístico que se basa en conceptos de alineación postural, equilibrio, fuerza y flexibilidad, es un método ideal (si se hace con corrección) para trabajar el psoas, liberarlo y mantenerlo flexible.
En Pilates&Co compartimos este enfoque de trabajo y ofrecemos clases individuales y grupos reducidos para guiar a nuestros alumnos en la búsqueda del bienestar y la felicidad física y, por ende, mental.