Coherencia en el corazón
03/12/2020
Hoy en día se sabe que el corazón tiene 40.000 neuronas (las mismas que en sólo
un milímetro cubico del cerebro) que operan de forma independiente de las
neuronas cerebrales y del sistema nervioso central y “una tupida red de
neurotransmisores, proteínas y células de apoyo” 1 . Gracias a este complejo circuito
el corazón puede tomar decisiones independientemente del cerebro. Hoy se sabe
que las neuronas del corazón tienen memoria, aprenden, recuerda y perciben. El
corazón envía más señales al cerebro de las que recibe del mismo. El corazón se
comunica con nuestro cerebro a través de 4 mecanismos:
Conexión neurológica
El corazón influye en la percepción de la realidad y en la respuesta que
damos. Puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las
circunstancias.
Conexión Bioquímica
Hay una hormona del corazón que participa en numerosas funciones en las
que también se relaciona con el riñón, que se llama ANP (péptido
natriurético atrial) modula la homeostasis regulando el agua corporal,
sodio, potasio, tejido adiposo como respuesta al aumento de la presión
arterial. Además inhibe las hormonas del estrés: adrenalina, noradrenalina,
y estimula la producción de oxitocina.
Conexión Biofísica
El corazón se comunica con el cerebro y el resto del cuerpo a través del
ritmo cardíaco y sus variaciones.
Conexión Electromagnética
El corazón genera un campo electromagnético 5000 veces mas potente que
la del cerebro. Este campo que es el más potente de todos los órganos del
cuerpo, cambia en función de nuestro estado emocional. Las personas que
nos rodean reciben esa información energética porque el campo magnético
abarca entre 2 y 4 metros alrededor del cuerpo.
Se ha descubierto que los patrones de los latidos del corazón pueden ser
coherentes o incoherentes y que estos patrones están íntimamente relacionados
con nuestro estado emocional. Por ejemplo cuando el patrón del latido rítmico es
fluido y metódico, se llama coherencia cardíaca y ese ritmo coherente, armoniza el
ritmo cerebral, el sistema nervioso, los órganos, las glándulas corporales, en
definitiva nuestra fisiología.
Las emociones positivas; como el agradecimiento, el cariño, el amor, el perdón,
generan un patrón cardíaco muy diferente a las negativas (ira, miedo, irritación,
ansiedad) que crean ritmos incoherentes o patrones desordenados, que alteran
nuestra fisiología.
La ciencia ha demostrado a través del método científico que si logramos
experimentar emociones llamadas “positivas” podremos tener un corazón y
cerebro más sano y por lo tanto una mejor salud y longevidad.
La neurócientífica Annie Marquier explica que el camino para alcanzar esta
armonía es el autoconocimiento “aprendiendo a liberarnos del miedo, la
culpa, la desconfianza, el rencor y el resentimiento y potenciando las
“cualidades del cerebro del corazón”. Propone ser testigos de nuestros
pensamientos sin emitir juicios sobre ellos, confiar en la intuición y
reconocer que nuestras reacciones no son provocadas por lo externo sino
por lo que hay dentro de nosotros. Otra vez, encontramos esa premisa de ir
hacia dentro para entender lo que lo de afuera nos quiere decir, y
comprender que desde lo interno creamos la realidad externa. Nada está
separado, somos uno, corazón y cerebro, dentro y fuera, arriba y abajo.
Siente esa Unidad y celébrala!